martes, septiembre 18, 2007


Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabiliad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...si es verdad que los cacuies y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la naríz, con las rodillas. Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura. Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

3 comentarios:

Armando Caroca Fernández dijo...

no quiero hablar del llanto porque claramente ya lo has dicho todo en eso que escribiste.
sabis? realmente escribis la raja y seguramente todos los que leen esto van a estar de acuerdo conmigo, no puedo decr mucho mas, solo esperar que sigas escribiendo aqui, ojala mas regularmente!
adiossss

Rositts dijo...

Pero amigo, si eso lo escribió Olivero Girondo

anilina dijo...

exactamente!